Acostumbrada a ver en los periódicos y en la tele los pantanos medio secos, pienso que vivo en otro país o incluso en otra galaxia. En Las Rozas el paisaje de esta original sequía consiste en aspersores funcionando a todas horas, especialmente a las de más calor, formando ríos calle abajo en un derroche indignante. Césped plantado en los sitios más absurdos, como en las innumerables rotondas de las que tan orgulloso está el alcalde.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 2 de septiembre de 2005