Había partido en la undécima posición, con cinco golpes de desventaja, pero empeñado en arruinar el Masters Europeo de golf a Sergio García. El sueco Peter Gustafasson coleccionó ocho birdies por un solo bogey en el último recorrido y firmó una excepcional tarjeta de 64 golpes, siete por debajo del par del campo suizo de Crans Montana, para totalizar 271 (-13). Un fallo menos o un acierto más y habría forzado el desempate con Sergio García, que comenzó firme, con cuatro birdies en los ocho primeros hoyos, pero que se tambaleó luego con dos bogeys y no pudo cantar victoria -la segunda del año, pues en junio se anotó otra en el circuito norteamericano- hasta su nuevo birdie del 16, que le permitió concluir con un parcial de 68 para un total de 270 (-14).
Su sexta victoria en el circuito europeo desde 1999 le supuso a García embolsarse un cheque de 283.330 euros, pero, sobre todo, un reforzamiento de su ánimo tras haber amagado, pero no dado, en el Grand Slam de esta temporada -fue tercero en el Open de Estados Unidos y quinto en el Británico-, por lo que sigue cargando a su pesar con un piropo tan agridulce como el de ser el mejor de los jugadores de menos de 30 años -tiene 25- que aún no han conseguido ganar un torneo grande.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 5 de septiembre de 2005