La sequía en Córdoba parece que ha superado los límites de lo humano. Juan José Asenjo, el obispo de la Diócesis cordobesa, remitió ayer un comunicado a los medios en el que anunciaba que "exhorta a los sacerdotes, religiosos y religiosas y fieles cristianos a pedir a Dios el fin de la sequía". Lo hace, según el texto difundido, "ante la grave situación de sequía que está padeciendo Córdoba".
Al parecer, el Obispado ha enviado una carta a través del vicario general de la Diócesis, Santiago Gómez Sierra, en la que sostiene que las plegarias deben dirigirse a Dios para que, "por su misericordia, nos libre de esta calamidad y nos bendiga el agua que necesitamos". Por eso, el obispo "ha expresado su deseo de que en todas las misas y oraciones comunitarias que se celebren en la Diócesis se eleven súplicas" para acabar con este problema de "duras consecuencias para la agricultura, medio ambiente y el consumo humano". Según el comunicado, la carta recoge también "la petición de responsabilidad en el uso del agua y la solidaridad por parte de todos ante las actuales circunstancias".
En la tarde de ayer, el día se empezó a poner gris en Córdoba. Y terminó lloviendo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 7 de septiembre de 2005