Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra

1.000 instalaciones bajo control

El Plan Nacional de Asignaciones afecta a un millar de empresas de que desde este año están obligadas a limitar sus emisiones. Eléctricas, petroleras, siderúrgicas, metalúrgicas, papeleras, empresas de vidrio, azulejeras, cualquier planta que emita gases de efecto invernadero tiene que estar registrada en el plan, que fija las cuotas de cada año. El Gobierno ha asignado 160 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) hasta 2007.

Algunos sectores, como el eléctrico, creen que sobrepasarán la cuota de emisión. Este año ha sido especialmente difícil para que las eléctricas cumplan el protocolo de Kioto. La sequía ha reducido la producción de energía hidroeléctrica un 32,6% en los últimos 12 meses, mientras que la demanda eléctrica ha crecido un 6%. Esto significa que las eléctricas han tenido que aumentar su producción a base de plantas contaminantes para cubrir la demanda. Además, la venta de coches ha vuelto a batir máximos.

Las empresas temen que el plan dispare sus costes al tener que elegir entre reducir su producción, comprar derechos de emisión o aplicar procesos que emitan menos gases.

España es el país industrializado que más se aleja del cumplimiento del protocolo y triplica ya el tope pactado para 2012. El plan del Gobierno no pretende reducir las emisiones a corto plazo, sino limitar su crecimiento. El objetivo del plan de asignaciones es reducir las emisiones un 0,4% al año. En el caso improbable de que se cumpliera el objetivo de Kioto seguiría lejos. El Ministerio de Medio Ambiente ha reconocido que los datos de emisiones de 2005 no serán buenos.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 7 de septiembre de 2005