La firma japonesa convirtió su recinto de más de 2.000 metros cuadrados en un laberinto de cortinajes y sensaciones. El visitante, medio a oscuras, se veía obligado a abrirse camino entre tinieblas y buscar puntos de luz, donde descubría sitios para tumbarse, para jugar con Playstation portátiles, escuchar música en MP3 o ver su imagen distorsionada en pantallas planas. Todo, sin carteles explicativos, sin azafatas y sin folletos propagandísticos. Probablemente ha sido la primera empresa que ha estado en una feria sin comunicar nada tangible. De esta forma estrenaba su lema corporativo Like no other ('como ninguna otra').
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 8 de septiembre de 2005