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Un trasvase y dos trazados

El Gobierno socialista creó en agosto de 2004 una comisión técnica para revisar el proyecto del trasvase ante la creciente oposición social y política a la obra. La comisión, con presencia de los regantes, el ministerio, la Generalitat, la Fundación Nueva Cultura del Agua y Xúquer Viu, entre otros, nació, además, con el objetivo de establecer un caudal ecológico del Júcar y asegurar la sostenibilidad del parque natural de L'Albufera, condiciones de la Comisión Europea para cofinanciar en un tercio la inversión de 230 millones de euros.

La revisión de los caudales del río, las exigencias medioambientales y los derechos preferentes de regantes y poblaciones del Júcar pusieron sobre la mesa cifras muy alejadas de los 80 hectómetros cúbicos previstos para un trasvase ejecutado en un 38% y planificado para regar 50.000 poblaciones y abastecer a 38 poblaciones. Así, el ministerio anunció en febrero que el trasvase aportaría entre 40 y 50 hectómetros cúbicos anuales, de los que sólo una veintena los cedería el río. El resto debían aportarlo medidas de reutilización y el acuífero de la Plana de Valencia; la costa se cubriría con desalación.

La Generalitat y los regantes del Vinalopó exigieron el cumplimiento del proyecto original e insistieron en que la modernización de regadíos, muy retrasada, aportará agua suficiente. Los regantes del Júcar alzaron su voz en contra del uso de sus reservas del acuífero de Valencia y rescataron del olvido la alternativa que ya defendieron hace años de tomar el agua en el Azud de la Marquesa, en la desembocadura del río, en vez de en Cortes de Pallás, en la parte alta del cauce.

La propuesta, que presentó en la comisión la FNCA y cuya viabilidad confirman los informes encargados por el ministerio, prevé aprovechar hasta 70 hectómetros cúbicos en el azud, con un recorrido 30 kilómetros más largo que empalmaría con la obra actual. El sobrecoste de unos 100 millones de euros lo asumiría el Gobierno. Los usuarios del Vinalopó no aceptan esta opción. Critican que es más cara, retrasará la obra y les dará agua de mala calidad. Además, discrepan en el análisis de los datos de la comisión sobre los recursos del Júcar.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 10 de septiembre de 2005