La Junta de Castilla-La Mancha (PSOE) volvió a paralizar ayer las obras del trasvase Talave-Cenajo. La obra conecta un embalse manchego con uno de la cuenca del Segura y oficialmente sólo servirá para mejorar la calidad del agua que va del Tajo a Murcia, al evitar el paso por un río muy salinizado. Castilla-La Mancha afirma que la obra en realidad duplica la capacidad del Tajo-Segura y que así se usará en el futuro. El consejero de Agua de Murcia, Antonio Cerdá (PP), dijo que la paralización es "otra muestra del caos de la política hidráulica del Gobierno" y afirmó que responde a las decisiones del tripartito catalán.
Diego García Caro, alcalde socialista de Hellín (Albacete), prepara una demanda contra la obra, promovida por el Gobierno del PP y apoyada por el actual Ministerio de Medio Ambiente. Castilla-La Mancha ya paralizó las obras en diciembre de 2004.
A las ocho de la mañana, los trabajadores de Dragados comenzaron el desbroce de la zona de Hellín donde empiezan las obras. El alcalde denunció ante la Consejería de Medio Ambiente que la obra "incumple la normativa española y comunitaria al carecer de declaración de impacto ambiental", según explicó ayer. La Junta envió a sus agentes forestales, que paralizaron la obra. Cuando el 9 de diciembre pasado se pararon los trabajos, el ministerio redujo el caudal del túnel, que no necesita declaración ambiental porque en 2001 el Gobierno le eximió de ella.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 10 de septiembre de 2005