La suelta en ríos y estanques de tortugas de Florida importadas que han crecido demasiado o que ya no resultan interesantes para sus propietarios -en ocasiones niños que se han hecho mayores y han perdido el interés por sus mascotas- se está convirtiendo en un problema ecológico para la región. Estas tortugas, introducidas en un ecosistema original que no es el suyo, se transforman en peligrosos depredadores de tortugas locales y también de peces e incluso crías de aves como pequeños patos. Las tortugas de Florida están proliferando en estanques como el del parque de Juan Carlos I o el de la estación de Atocha (en la imagen).
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 11 de septiembre de 2005