Unas 3.000 personas salieron ayer a la calle en Barcelona portando una tela blanca de casi un kilómetro de largo para clamar contra la pobreza y pedir una reforma de las instituciones internacionales. Convocada por la Plataforma Catalana por la Marcha Blanca, que agrupa a ONG, entidades, sindicatos y partidos políticos, la protesta finalizó en el Moll de la Fusta, donde los participantes formaron un gran ojo, símbolo de la actitud vigilante de la sociedad civil. Actos similares estaban previstos en otras 80 ciudades del planeta.
El objetivo de la Marcha Blanca ha sido dar un grito de alerta a los jefes de Estado que la próxima semana -los días 14, 15 y 16- se reunirán en Nueva York para debatir sobre el futuro del sistema de Naciones Unidas y supervisar el estado de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, un paquete de indicadores en cuestiones como la erradicación el hambre, la alfabetización o el respeto al medio ambiente a alcanzar el año 2015. Los organizadores de la marcha llamaron a mantener la actitud vigilante para que los gobernantes cumplan sus promesas en materia de desarrollo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 11 de septiembre de 2005