Belfast y sus alrededores vivieron en la madrugada de ayer una de las noches más violentas de los últimos años cuando manifestantes protestantes intentaban pasar por un barrio católico. Un millar de policías y soldados hicieron frente a los disturbios. Según el jefe de policía, Hugh Orde, las fuerzas del orden fueron atacadas con bombas caseras e incluso con disparos. "Han intentado matar a policías", dijo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 12 de septiembre de 2005