"Si la consejera dice que con una hora más aprenderemos mejor, no me importa que se alarguen las clases". Júlia Verdaguer, alumna de sexto de Primaria, se considera buena estudiante, pero admite que algunos de sus compañeros de aula no siguen bien los estudios y que éstos serán los que más se beneficiarán de una hora lectiva más al día. Como su compañera Helena, Júlia también preferiría que las clases se alargaran por la tarde en lugar de la mañana y admite que muchos padres, sobre todo en los casos en que los dos progenitores trabajan por las tardes, se verían beneficiados con la medida.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 13 de septiembre de 2005