El ministro austriaco de Finanzas, Karl-Heinz Grasser, amenazó ayer con establecer un impuesto especial a las grandes petroleras si no bajan los precios, lo que ha llevado a la mayor empresa petrolera y de distribución del país, OMV, a reducir el valor del combustible en un céntimo.
Grasser solicitó en una intervención en la radio pública ORF una bajada de los precios "de dos a tres céntimos". En caso contrario, se debería establecer un impuesto que devuelva al contribuyente parte de los grandes beneficios de las empresas petroleras, dijo el ministro.
Menos de media hora después de las palabras de Grasser, la mayor empresa petrolera de Europa central y oriental bajó el precio un céntimo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 13 de septiembre de 2005