El colegio Santa María, en Lavapiés (Centro), está de obras, así que todos su alumnos -unos 200- han tenido que comenzar el curso dando clase en el colegio Antonio Gil Alberdi. Todo estaría bien si no fuese porque el nuevo centro está en la otra punta de Madrid, en Moratalaz. Así que, por lo menos hasta el próximo mes de diciembre, todas las mañanas los niños del colegio de Santa María tendrán que coger un autobús contratado por la Consejería de Educación para trasladarse hasta su colegio provisional.
El primer día el autobús salió tarde, según denuncia uno de los padres de los alumnos, Andrés Hervás. "Tenía que haber salido a las 8.30 y salió a las 9.00. El primer día ya han llegado tarde a clase", explica. "El problema que tienen los niños es que, de momento, no pueden hacer actividades extraescolares en el colegio", se quejó este padre.
El colegio Santa María necesita una rehabilitación integral, que viene siendo reivindicada por los padres de alumnos "desde hace 10 años", según Hervás. "Nos han prometido que en enero volvemos a Lavapiés. Esperemos que lo cumplan", concluye.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 13 de septiembre de 2005