Las salas del torreón medieval de Lozoya, de Segovia, acogen una muestra sobre la imagen de la mujer en la obra de Eugenio Granell (A Coruña 1912-Madrid 2001), uno de los grandes del surrealismo español. A través de 70 obras, que se podrán ver hasta el 27 de noviembre y que proceden de la Fundación Eugenio Granell, de Santiago de Compostela; del Museo de Bellas Artes de A Coruña, así como de colecciones particulares de Vigo, A Coruña y Madrid, el artista muestra a la mujer desde diferentes consideraciones y ópticas, como musa, seductora, madre u objeto de retrato, pero sobre todo como un ser libre y autónomo.
Durante la inauguración -en presencia de la hija del pintor y escritor, Natalia Fernández Segarra-, la comisaria de la exposición, Lucía García de Carpi, subrayó de Granell: "Pocos de su tiempo, incluso dentro de los surrealistas, transmiten en su obra una imagen tan positiva".
La muestra se cierra con una obra dedicada a Hypatia, la filósofa asesinada por los cristianos de Alejandría en el año 415, y muestra a otras mujeres de fuerte personalidad y que dejaron su huella en la historia (desde Hapsepsut a Venus o Circe).
Natalia Fernández, directora de la fundación que lleva el nombre de Granell, habla de su padre como "un gran admirador" de la mujer y se refiere a la influencia que tuvo su madre, Amparo Segarra, a la que el pintor conoció camino del exilio y de la que nunca se separó. Y a la que retrató como una mujer de carne y hueso y no como un vago ideal, como ocurre frecuentemente con los surrealistas, quienes tendieron a ver a sus amantes no como individuos completos y tangibles, sino como imágenes fugaces y seductoras.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 16 de septiembre de 2005