Me acoge un gran incendio.
Soy una lengua ígnea
que se nutre de escombros,
desechos, materiales
diversos del pasado.
Soy un fuego y asciendo
por el tubo del aire,
devoro el bosque, talo
la luz, la claridad.
Y en la llama me abraso
y me transformo en humo
soledad...
Del libro Cantar en el ansia (1982).
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 17 de septiembre de 2005