Uno de los problemas de Ciutat Vella es que la gente hace sus necesidades en la vía pública y este inconveniente se agrava cuando hay alguna fiesta. Este año también se celebrarán varios conciertos en la Rambla del Raval y los vecinos ya estamos temiendo que pase lo mismo que el pasado año: aunque había varios lavabos instalados, la calle se convirtió en un urinario público; no sabemos si es que los lavabos eran insuficientes o es que a la gente le era más cómodo hacer sus necesidades en la calle.
Durante los días de la Mercè 2004, el mal olor intenso llegaba hasta los pisos superiores de la finca. No tocamos los temas de ruido, falta de civismo y suciedad general, tan comunes en nuestro barrio y para los no se encuentra una solución (estamos seguros de que si esto sucediera en otras zonas ya se habría resuelto). Nos gustaría disfrutar las fiestas, no sufrirlas, y esperamos que este año el Ayuntamiento, en paralelo a la programación de la Mercè, haya elaborado algún plan para evitar estos problemas, que creemos que sí tienen solución si hay interés en resolverlos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 17 de septiembre de 2005