Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra
OPINIÓN DEL LECTOR

Estética

Dientes blancos, piernas bonitas, senos erguidos y redonditos, traseritos lindos, rostros perfectos... Por si no es suficiente que nos laven el cerebro hablándonos de la belleza exterior (la del cuerpo) y su influencia "positiva" en la sociedad humana, ahí están los Frankenstein de hoy, dándonos el tostón a todas horas, todos los días del año y en muchos medios de comunicación, asegurándonos que no hay que creer que hay algo más en esta vida que la imagen del cuerpo y, si acaso, algo de cerebro.

Y es por esta gente y los que diseñan la publicidad, la ropa y muchas cosas más, que hay cada vez más gente que justifica aún más, públicamente, este motivo para sentirse bien consigo mismo y en la sociedad. Como uno más del rebaño, menospreciando valores no materialistas o fisicistas. Y no son capaces de pensar por sí mismos y, menos todavía, sospechar o intuir que, además de tener un cuerpo, tienen vida, están vivos y esa vida es la que hace que sientan amor, alegría, paz, pero también odio y tristeza. Esa vida es la que hace que tengamos consciencia, independencia, razonamiento, intuición.

Todo esto nos lo estamos negando a nosotros y a los demás por la demente y ciega filosofía -o los tópicos- de hacer lo que hagan los demás o de pasarse al bando de lo que es "vendible".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 17 de septiembre de 2005