Un concierto más de Tomatito, que no añadió nada a viejos laureles.
Seguramente influyó el ambiente, de público bullanguero y poco respetuoso hacia el artista. Comenzó con cosas muy rítmicas, de rápida ejecución. Ni un solo número a solas con su guitarra. Todo el concierto fue en este tono, rápido de principio a fin. En los comienzos, los dos o tres primeros temas, incluso nos pareció muy confuso todo, los instrumentos no se personalizaban bien unos de otros, como si no hubiera una idea clara de lo que se quería hacer. Después la cosa fue a mejor, para terminar francamente bien. En ese veloz repertorio, Tomatito demostró una pericia para salir del paso sorprendente. Su guitarra parecía a veces una ametralladora. Bulerías, rumba, tangos, bulerías por soleá...
Tomatito
Guitarra: Tomatito. Bajo y voz: Diego Amador. Violín: Bernardo Parrilla. Percusión: Lucky Losada. Baile: Juan de Juan. Metro. Estación de Nuevos Ministerios. 16 de septiembre.
Así, las bulerías por soleá que bailó Juan de Juan estuvieron muy bien. Muy bien, igualmente, Diego Amador con el bajo y la voz. Cantó un par de temas muy flamencos, con su voz un tanto rota pero llena de jondura. Bernardo Parrilla, con su violín, tuvo de todo, pues a veces parecía que no tocaba muy en serio y otras veces su sonido fue espléndido.
Hablando de escenarios, dediquemos unas líneas a este de la estación de Nuevos Ministerios del metro de Madrid. No es el ideal para el flamenco. Hay bullicio, la gente del gratis total aplaude sin saber muy bien lo que aplaude, casi siempre a destiempo y no se puede conseguir un silencio gratificante para los artistas.Un concierto más de Tomatito, que no añadió nada a viejos laureles.
Seguramente influyó el ambiente, de público bullanguero y poco respetuoso hacia el artista. Comenzó con cosas muy rítmicas, de rápida ejecución. Ni un solo número a solas con su guitarra. Todo el concierto fue en este tono, rápido de principio a fin. En los comienzos, los dos o tres primeros temas, incluso nos pareció muy confuso todo, los instrumentos no se personalizaban bien unos de otros, como si no hubiera una idea clara de lo que se quería hacer. Después la cosa fue a mejor, para terminar francamente bien. En ese veloz repertorio, Tomatito demostró una pericia para salir del paso sorprendente. Su guitarra parecía a veces una ametralladora. Bulerías, rumba, tangos, bulerías por soleá...
Así, las bulerías por soleá que bailó Juan de Juan estuvieron muy bien. Muy bien, igualmente, Diego Amador con el bajo y la voz. Cantó un par de temas muy flamencos, con su voz un tanto rota pero llena de jondura. Bernardo Parrilla, con su violín, tuvo de todo, pues a veces parecía que no tocaba muy en serio y otras veces su sonido fue espléndido.
Hablando de escenarios, dediquemos unas líneas a este de la estación de Nuevos Ministerios del metro de Madrid. No es el ideal para el flamenco. Hay bullicio, la gente del gratis total aplaude sin saber muy bien lo que aplaude, casi siempre a destiempo y no se puede conseguir un silencio gratificante para los artistas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 18 de septiembre de 2005