Soy comerciante de Pinto desde hace 35 años. Mi establecimiento ha ido renovándose según la demanda de mis clientes, con productos de calidad y garantía total. En los meses de julio y septiembre estoy viendo cómo en mi pueblo el comercio está desapareciendo gracias al alcalde y concejales de Comercio; la calle del hospital, que el Ayuntamiento la dejó peatonal para facilitar las compras a los ciudadanos, es deprimente, pues la han hundido comercialmente. Prueba de ello, se han cerrado tres establecimientos y otros tres están en liquidación por cierre. ¡Qué bien pensaron en la calle comercial!
En el resto de Pinto se están cerrando establecimientos, uno por semana. Parece ser que a pesar de que este pueblo ha aumentado la cantidad de ciudadanos, el comercio no lo nota.
Los clientes deben de saber que en el comercio tradicional se les atiende, recomienda y se les ofrece lo que ellos buscan, y les es más interesante para su economía y servicio. A los del Ayuntamiento eso no les interesa, porque no sacan beneficios como con los centros comerciales que últimamente se han ubicado en Pinto, donde ellos sí que han sacado beneficios con los solares donde los han puesto.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 19 de septiembre de 2005