Como no podía ser de otra manera, el negocio de la droga se abre camino con la aprobación por omisión de las autoridades competentes: el faraón Gallardón, la noble Aguirre y el león Zapatero. Primero, han consentido construir ilegalmete en la Cañada Real de Valdemingómez, conocida como la carretera del vertedero. Han dotado a la zona de todos los servicios, recogida de basuras, luz, agua, teléfono...
El siguiente paso es la instalación de negocios de cutre-restauración, varios bares para dar servicio a drogadictos, vendedores, familias y demás personal relacionado con la venta de droga. En cuanto se desmantelen Las Barranquillas, todos van a ir para allá, en una zona que soporta un tráfico de camiones pesados intensísimo, en la que tiran piedras a los vehículos, atracan a los conductores e incluso se han producido muertes por atropello de niños que campan libremente por sus dominios.
De momento, los clientes van a comprar estupefacientes en sus vehículos y a pequeña escala, pero pronto llegarán los yonquis a pie. ¿Los políticos van a hacer algo más que tener una patrulla de municipales dormitando por la noche u operaciones a gran escala, como la conocida "operación grasa", para decomisar motores robados? A fastidiarse toca, porque pocas esperanzas tengo depositadas en el faraón, en la noble y en el león.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 19 de septiembre de 2005