Se inicia el curso académico 2005/2006 y entra en vigor en España la normativa que establece las clases de religión islámica en centros de enseñanza pública. Esta medida se desarrollará, de momento, en las comunidades autónomas de Andalucía, Ceuta, Melilla, Aragón y Vascongadas. Como ciudadano, sugiero al Gobierno que se plantee la posibilidad de impartir, en aquellos centros donde se enseñe el islam, una asignatura complementaria, o más bien compensatoria, de tres puntos principales.
Primero, igualdad de hombre y mujer, en derechos, deberes, dignidad y espiritualidad. Segundo, condena de la violencia de género. Lo cual implicaría dejar sin valor los consejos que ciertos imanes mantienen sobre el uso de la fuerza del hombre sobre la mujer. Tercero, condena de la violencia como medio para obtener un fin supuestamente bueno; es decir, valorar en positivo la legítima defensa diferenciándola de la ofensa a quien no piense como uno. De este modo no se podrían justificar los ataques terroristas contra civiles e inocentes.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 19 de septiembre de 2005