Felicitaciones a la consejera de Salud por tener a la sanidad pública andaluza, pionera en la investigación de las células madre procedentes de preembriones, líder en intervenciones quirúrgicas para cambio de sexo, incorporación de nuevas tecnologías, atención sanitaria a toda personas residente en Andalucía, aunque no hayan cotizado, aumento de la participación del ciudadano, etcétera.
No obstante, le sugiero a la consejera que regrese del futuro y viva en el día de hoy, con los problemas del presente que tiene la sanidad y que muy resumidamente, por falta de espacio, comento algunos.
Al leer en estos días el déficit de la sanidad, me ha hecho comprender por qué ha desaparecido, desde hace varios meses, de las farmacias sevillanas, sin conocimiento médico, pues lo han seguido recetando, el medicamento Biocatalase, sin haber otro que lo sustituya.
Ahora, también, comprendo por qué la medicación preventiva Urgo Corpitol no la subvenciona la sanidad andaluza, que disminuiría bastante el problema actual originado por la desaparición del Biocatalase.
También entiendo ahora por qué después de una negligencia médica, estando el enfermo por esta causa al borde de la muerte, a pesar de solicitar su colaboración para salir de esa situación crítica, haya tenido yo que costear fuera de la sanidad la PET; que no se haga nada para rehabilitarlo; que no se haya hecho nada para corregir la desviación de piernas y pies; que no se haga una biosis; que haya sido tan tortuoso el camino para conseguir la intervención quirúrgica; la falta de prontitud que hemos padecido en el servicio de ambulancias por el escaso número en servicio; que las primeras semanas de ingreso en el hospital tuviera que llevar yo los medicamentos; que la única solución médica era la sedación, como en el hospital de Leganés, en vez de buscar otras vías, como así fue, posteriormente, gracias a un médico que sí da prestigio a la sanidad andaluza; que se coloque por falta de espacio a enfermos de neumonía junto a otros que van a ser intervenidos quirúrgicamente, que, posteriormente, no pueden operarse por el contagio producido; esperar meses por falta de quirófanos, etcétera.
Confío que este escrito consiga erradicar los problemas comentados, porque si no, es probable que pocos enfermos de hoy puedan llegar a beneficiarse de los resultados de la investigación con células madre.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 20 de septiembre de 2005