El piloto Roger Miralles, de 36 años, y el fotógrafo Sergi Díaz, de 30, murieron ayer al estrellarse su avioneta en una plaza pública muy cerca de unos bloques de viviendas en Badia del Vallès, localidad cercana a Barcelona. Poco antes de precipitarse al suelo, los ocupantes de la avioneta hicieron ademanes con los brazos para que la gente se apartara y pudieron evitar el impacto con las casas. La avioneta, de la empresa de fotografía aérea Paisajes Españoles, acababa de despegar del cercano aeropuerto de Sabadell cuando el piloto se percató de que tenía una avería y decidió regresar. Los alcaldes de las poblaciones vecinas a la instalación aeroportuaria llevan años pidiendo su traslado.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 22 de septiembre de 2005