Antonio Ferrera se citó en Logroño con un toro de inacabable arboladura y algo engatillado de cuerna que impresionó a la plaza cuando abandonó los chiqueros en busca de los capotes. Serafín Marín se encontró con un buen toro, el séptimo de la tarde, que se desplazó por el pitón izquierdo con calidad y ritmo. Antonio Barrera dio una pobre sensación en Logroño. No terminó de acoplarse en ninguno de sus toros.
El rejoneador Sergio Domínguez, que actuó en cuarto lugar, se encontró con un manso integral que desde el principio buscó el abrigo de las tablas. Intentó encelar al toro una y otra vez y casi pudo correrle a dos pistas.Antonio Ferrera se citó en Logroño con un toro de inacabable arboladura y algo engatillado de cuerna que impresionó a la plaza cuando abandonó los chiqueros en busca de los capotes. Serafín Marín se encontró con un buen toro, el séptimo de la tarde, que se desplazó por el pitón izquierdo con calidad y ritmo. Antonio Barrera dio una pobre sensación en Logroño. No terminó de acoplarse en ninguno de sus toros.
Ibán, Bayones / Ferrera, Barrera, Marín, Domínguez
Toros de Ibán, muy bien presentados, bravos y nobles. Para rejones se lidió en 4º lugar uno despuntado de Los Bayones, manso integral. Ferrera: silencio y oreja. Barrera: silencio en ambos. Marín: silencio y saludos. Domínguez: saludos. Plaza de toros de La Ribera. 21 de septiembre. Segunda corrida de feria. Tres cuartos de entrada.
El rejoneador Sergio Domínguez, que actuó en cuarto lugar, se encontró con un manso integral que desde el principio buscó el abrigo de las tablas. Intentó encelar al toro una y otra vez y casi pudo correrle a dos pistas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 22 de septiembre de 2005