Dos bombas ocultas en sitios diferentes causaron ayer la muerte de al menos seis civiles y heridas graves en una treintena de personas en Lahore, la capital del Estado paquistaní de Punjab.
La policía ha puesto esa ciudad del este del país en estado de alerta ante el temor de que se produzcan nuevos atentados. El acto se atribuye a un mismo grupo, aunque aún no han sido identificados los responsables ni hay certeza de que obedezca a la violencia entre integristas religiosos que actúan en el país.
Las explosiones ocurrieron en dos áreas especialmente concurridas de Lahore, cerca de la frontera con India, donde reinaba la tranquilidad en los últimos meses. La explosión más grave ocurrió en Acra, en uno de los mercados más concurridos de la ciudad. Causó la muerte de cinco personas, y al menos otras veinte resultaron heridas de gravedad.
Una hora y media antes, otra bomba explotó cerca de un parque público y del monumento Minarete, que recuerda la independencia paquistaní. En el sitio murió una persona y otras 13 resultaron heridas.
Fuentes policiales indicaron que los dos artefactos estaban escondidos en sendas bicicletas y que fueron activados con mecanismos de relojería.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 23 de septiembre de 2005