El ex presidente del Gobierno español José María Aznar presentó ayer en Lisboa sus ideas sobre el futuro de Europa y dibujó el panorama de una Europa "declinante", con una Constitución europea "muerta" porque "sus principales mentores engañaron a los ciudadanos", y abogó por poner límites a la Unión Europea, dar al club europeo una orientación atlantista y recuperar sus valores clásicos y cristianos. "La Constitución europea se terminó, está muerta, y a mí no se me cayó una lágrima por ello", afirmó en la conferencia que impartió en la Universidad de Verano European Ideas Network, del PP Europeo.
Aznar consideró una amenaza "el pensamiento débil". A su juicio, en Europa no se cree en nada y cuando alguien defiende sus principios se le ridiculiza. El declive demográfico y la falta de liderazgo completan un panorama de debilidad política, económica y militar, y la "existencia de una Europa declinante en vez de ascendente". En materia de seguridad, a su juicio tiene que haber una política de integración -"hay que revisar la política de inmigración, no se puede olvidar que los terroristas de Londres y Madrid vivían en Europa"- y otra contra el terrorismo. Luego, subrayó que la principal amenaza para Europa es el terrorismo islámico y que la cuestión clave no es la necesidad de reconciliación entre Oriente y Occidente, sino el odio que los fundamentalistas sienten por los occidentales, por lo que hay que luchar contra ellos y ganarles.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 24 de septiembre de 2005