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OPINIÓN DEL LECTOR

Humedales y hormigón

Los profetas de un desarrollismo más que peligroso y de un progreso mal entendido sólo dan pie a que emerjan los pocos beneficiados de siempre: los especuladores y quienes los sustentan. Hace bien el Departamento de Medio Ambiente de la Generalitat en querer ampliar la zona protegida alrededor del aeropuerto de El Prat frente a los recalcitrantes inquisidores de la ecología. Cuando se esgrime el desarrollo económico como fuente de bienestar y progreso, hay que valorar con mucha precisión qué es lo que se está sacrificando y a quién se está beneficiando. Como ejemplo me remito a la tercera pista, con un alto coste ecológico y hoy infrautilizada. Puede ser que al final sólo nos quede envasar el aroma de los pinos como artículo de lujo.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 25 de septiembre de 2005