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OPINIÓN DEL LECTOR

Y ahora, obras en Tirso de Molina

El Ayuntamiento de Madrid ha decidido ubicar un mercado de flores en la plaza de Tirso de Molina, informando por medio de carta a los vecinos de que se producirían obras -no se especifica cuáles- que durarían un año.

Como demuestran los hechos, en Madrid no está al alcance de los ciudadanos conocer la verdadera dimensión de estas actuaciones por boca de sus responsables. En realidad, el nuevo proyecto implica una reestructuración total de la plaza, de acuerdo con una política que no se detiene a considerar que su configuración actual continúa siendo funcional y tiene menos de 20 años de existencia. ¿Por qué se debe reestructurar totalmente la plaza y no adaptarla a su nuevo uso, reparando en la agresión que suponen más obras en la zona centro? ¿En qué ciudadanos piensan cuando financian actuaciones que asuelan por completo soluciones previas y multiplican gastos, ruido e inconvenientes?

Continuando en esa línea, se han talado sin previo aviso el fin de semana del 17 y 18 de septiembre numerosos árboles que rodeaban la plaza, grandes acacias y plátanos de más de 15 metros de altura y medio siglo de vida, para estupor y tristeza del vecindario. Afirmar que los árboles aportan innumerables bondades a la vida urbana -desde sombra hasta oxígeno- parece evidente, y talar ejemplares adultos en el corazón de la ciudad sólo debería producirse por causas de feroz fuerza mayor. Pero no es éste el criterio del Ayuntamiento de la capital, que se distancia irresponsablemente de las necesidades reales de la ciudadanía con desmanes que ya no tienen remedio.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 26 de septiembre de 2005