Quiero felicitar a Joan Clos por el detalle de contar con nosotros en uno de los anuncios de la Mercè. Me refiero a la imagen en la que aparece una persona en una silla de ruedas. Es una bonita forma de situarnos al mismo nivel que al resto de ciudadanos, donde aparecen personas normales.
Sólo hay un detalle que me inquieta: la mano que protege por detrás de la espalda. Y es que lo que queremos las personas con diversidad funcional es ser independientes y hacer las cosas por nosotros mismos.
Nadie tiene por qué ayudarnos a cruzar la calle, a entrar en un comercio o en una oficina de la Administración. Nadie, si son accesibles para todos.
No rechazamos la ayuda que muchos ciudadanos amablemente nos brindan. Lo que pedimos es tener el mismo derecho que el resto de ciudadanos que pueden coger el transporte público, transitar libremente por las calles, asistir a cualquier acto público, ir al cine, al teatro... o tomar una cerveza en cualquier establecimiento.
No queremos proteccionismo, ni ser objetos de caridad de la Administración. Sólo pedimos derechos y ser ciudadanos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 27 de septiembre de 2005