Con 24 horas de retraso -por las lluvias del pasado domingo que forzaron la suspensión y el aplazamiento del acto- la ciudad de Barcelona puso ayer por la noche punto final a las fiestas patronales de la Mercè con el ya clásico piromusical en la Font Màgica de Montjuïc. Con la avenida de Maria Cristina mucho más llena de gente de lo previsible al tratarse de un día laborable, la ciudad despidió unas fiestas mayores caracterizadas por la numerosa presencia de ciudadanos en la calle, por la abundantísima participación en todos los actos festivos y por la nula presencia de incidentes destacables.
Las canciones de Pep Sala y la música de la costa este americana y de Sau pusieron el contrapunto a la luz y sonido que salpicaban el cielo de Barcelona.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 27 de septiembre de 2005