Del Festival de Cine de San Sebastián ya sólo queda el recuerdo, no muy brillante, por cierto. Con la retirada de los carteles, las carpas y la alfombra del Kursaal por la que desfilaron unas pocas estrellas se pone broche a una edición que no ha entusiasmado a casi nadie.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 27 de septiembre de 2005