Vivió para ver realizado uno de sus sueños, pero también para presenciar cómo comenzaba a desmoronarse. El pasado fin de semana fallecía en Río de Janeiro a los 93 años de edad Apolonio Carvalho, histórico militante comunista brasileño y uno de los fundadores del Partido de los Trabajadores (PT).
Carvalho se marchó apenas días antes de que 400 importantes miltantes de la formación que ayudara a crear abandonaran el partido decepcionados por los continuos escándalos de corrupción que salpican a la formación que llevó a la presidencia de Brasil a Luiz Inacio Lula da Silva de quien era amigo y a quien ha defendido hasta el final de su vida.
Nacido en 1912 en Corumba, Estado de Mato Grosso do Sul, Carvalho era un oficial del Ejército brasileño que fue expulsado de la institución por oponerse a la dictadura de Getulio Vargas (1937-1945).
En el mismo año 1937 viajó a España para enrolarse en las Brigadas Internacionales y defender a la República. Acabada la guerra civil española, continuó en Europa y se unió a la Resistencia francesa en su lucha contra la ocupación nazi. Cuando terminó la Segunda Guerra Mundial tenía el grado de coronel.
Carvalho no abandonó la militancia política, lo que le costó ser detenido y torturado por la dictadura militar brasileña que dirigió el país entre 1964 y 1985, aunque él abandonó Brasil en 1970 con destino a Argelia. Las autoridades accedieron a intercambiarlo por el embajador de Alemania Occidental en Brasilia, secuestrado por compañeros de Carvalho y cuya liberación exigieron a cambio del diplomático.
Amnistiado, volvió a Brasil y en 1980 fundó el Partido de los Trabajadores junto a otros militantes de izquierda, entre ellos, un líder sindical apodado Lula de quien era amigo.
Su larga trayectoria política se vio recompensada en 2003 cuando Lula juró como presidente de Brasil y abrió una etapa de grandes expectativas. A pesar de las continuas acusaciones y dimisiones por corrupción de los últimos meses en el PT, Carvalho defendió hasta el último momento al presidente brasileño.
El pasado domingo, ante su cuerpo poco antes de ser incinerado, Lula da Silva destacó la coherencia en la vida del fundador del Partido de los Trabajadores. Carvalho murió como militar retirado, el Gobierno le restituyó hace dos años a la carrera de la que fue expulsado hace casi 70.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 28 de septiembre de 2005