Cerca de un centenar de vecinos afectados por las obras del futuro circo estable, en Arganzuela, decidieron ayer sacar su protesta a la calle de forma que les arreglen sus viviendas a la máxima brevedad. Armados con pancartas y cacerolas, hicieron una sonora queja entre la glorieta de Embajadores y la plaza de Atocha. Algún concejal del grupo municipal socialista se sumó a la marcha, que transcurrió sin incidentes.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 30 de septiembre de 2005