La treintena de presos saharauis que estaban en huelga de hambre desde hace 50 días anunciaron, el jueves por la noche, que cesaban su protesta en un comunicado difundido por su portavoz, Alí Salem Tamek, encarcelado en Ait Mellul (Agadir). Los presos pretendían mejorar sus condiciones de encarcelamiento y conseguir su reagrupamiento en El Aaiún. El anuncio del cese de la huelga coincidió con el fin de la cumbre hispano-marroquí de Sevilla. Personas afines a los huelguistas indicaron que su intención era hacer durar su protesta hasta la reunión bilateral, para que el Gobierno español manifestase al marroquí su preocupación, y darla después por terminada.
El prolongado ayuno, asegura Tamek, "ha colocado a algunos al borde de la muerte y ha convertido a otros en despojos humanos". El propio ministro de Justicia marroquí, Mohamed Buzubaa, reconoció en una entrevista, la semana pasada, que varios huelguistas fueron ingresados en hospitales. Uno de ellos, Lahsen Zreiguinat, fue incluso discretamente excarcelado por temor a que falleciese.
La huelga era, en teoría, seguida por reos saharauis condenados o pendientes de juicio por su participación en las manifestaciones independentistas de El Aaiún de finales de mayo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 1 de octubre de 2005