Hemos tenido durante una semana a los alcaldes de Irún y Hondarribia pasando unos días de asueto y de visitas culturales por diferentes incineradoras europeas. Con ingenuidad podríamos pensar que están estudiando sistemas de tratamiento de basuras, pero como invita la casa, Servicios Txingudi, solo han visto cómo se quema la basura.
El viaje ha recalado en Dinamarca y Suecia. Cuanto más lejos y más difícil para contrastar la información, pues mejor. Ya no les interesa hablar de Francia o de Alemania, que, habiendo sido de los mayores países incineradores, están retirándose de ese modo de tratar las basuras (en Francia, en 1998 había más de 300 incineradoras y al día de hoy hay unas 130).
Como siempre, desde que empezaron con este proyecto, no nos enseñarán ninguna valoración ni datos que contraindiquen esas instalaciones, ni mucho menos tendrán los estudios epidemiológicos de patologías registradas en la zona (antes y después de la puesta en marcha de las incineradoras). Si se van un poco más lejos, empezarán a conocer los sistemas de tratamiento de basuras en muchas ciudades y estados de EE UU o el proyecto de basura cero de Canberra, en Australia. En cualquier caso, de las zonas que visitan sería bueno que nos trajeran las cosas buenas y no los desaguisados que allí se cometen.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 1 de octubre de 2005