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CARTAS AL DIRECTOR

El precio de ser investigadora

Acaba de salir la resolución (provisional) de proyectos de I+D. El que presentaba yo, con mi equipo de investigación, ha sido rechazado, y me lo comunican a través de una carta en Internet.

En ella me dicen que la solicitud no ha alcanzado prioridad suficiente para ser financiada, dados los recursos económicos disponibles. Me dicen también que, si lo deseo, puedo manifestar las alegaciones oportunas. Sin embargo, no me dicen las causas del rechazo del proyecto. ¿A qué alego? Por falta de currículum no puede ser, porque desde este mismo ministerio se me han concedido todos los tramos de investigación que he solicitado hasta el momento.

Decido llamar al ministerio para que me informen de los motivos sobre los que tengo derecho a presentar alegaciones, y me dicen que no me lo pueden decir, que presente las alegaciones que crea oportunas y, posteriormente, con la resolución definitiva (rechazo definitivo, me temo), me harán llegar un informe individualizado con los aspectos más relevantes de la evaluación científico-técnica final. También me dicen que contra esta resolución podré interponer recurso potestativo.

En definitiva, que si quiero seguir investigando, tengo que financiarme de mi propio bolsillo, como casi siempre. Caro nos sale a los investigadores e investigadoras que queremos dedicarnos a esta profesión. A ver cómo se lo explico yo a mis alumnos y alumnas de la universidad que quieran seguir esta carrera. Mal vamos, desde luego. Pero voy a manifestar las alegaciones... ¿oportunas?

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 2 de octubre de 2005