Dos personas fallecieron ayer en El Salvador soterradas por un deslizamiento de lodo y árboles después de que el volcán de Santa Ana, también llamado Ilamatepec, expulsara ceniza, gases y fragmentos de roca. El volcán, de 2.381 metros, está a unos 50 kilómetros al oeste de San Salvador y su erupción obligó a declarar la alerta roja en cuatro kilómetros alrededor del cráter. Al menos 3.300 personas fueron trasladadas a albergues de Santa Ana y Sonsonate por precaución, informa Efe. El presidente de El Salvador, Antonio Saca, advirtió de que no podía descartarse una segunda erupción.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 3 de octubre de 2005