Concejales y alcaldes del PP alegan objeción de conciencia para no casar a personas del mismo sexo y delegan en otros concejales, lo que es muy cómodo, como hay médicos que por el mismo motivo se niegan a practicar abortos. Esta fórmula de la objeción les viene muy bien a algunas personas para no cumplir con su obligación por el cargo que ostentan ni aplicar la ley que no les gusta.
Deciden que lo hagan otros sin abandonar ellos sus puestos. Una objeción de conciencia que no enarbolaron para oponerse a la intervención bélica en Irak, que era un asunto mucho más de conciencia que casar a dos personas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 4 de octubre de 2005