Salvador Milà, consejero de Medio Ambiente, y Ramon Espadaler, diputado de CiU y portavoz de asuntos medioambientales en el Parlament, se las tuvieron ayer en la Cámara. Espadaler acusó al consejero de desperdiciar el agua y puso como ejemplo una cifra: desde el Pasteral (punto final de los pantanos de Sau y Susqueda, en el Ter) salieron 74,1 hectómetros cúbicos en los primeros seis meses de este año, vísperas de sequía, frente a los 54,1 hectómetros cúbicos del año pasado. Milà le replicó que hasta mayo no se empezaron a aplicar medidas contra la sequía y la Agencia Catalana del Agua adujo que ese caudal fue a parar al área metropolitana de Barcelona para compensar la escasez de agua en el Llobregat.
Pero, más allá de las cifras, la discusión era de fondo: se enfrentaban dos modelos de abastecimiento. El del tripartito, inspirado por ICV, consiste en adaptarse a lo que hay. En palabras de Milà, "cada país ha de saber administrar los recursos de que dispone y adaptar sus estructuras a esos recursos". Espadaler, en cambio, cree que Cataluña tiene un problema de abastecimiento estructural y que las medidas que toma el Gobierno son de coyuntura. De ahí que propusiera como solución inmediata la conexión entre la red que recibe agua del Ebro y llega hasta Cunit, y la red del Ter-Llobregat, que abastece hasta Cubelles. Como solución a largo plazo, Espadaler defendió el trasvase del Ródano. Milà rechazó ambas posibilidades y la política que subyace tras ambas propuestas.
A la misma hora, la Agencia Catalana del Agua abría las compuertas de Sau para llevar agua hasta el embalse de Susqueda. Los análisis indican que la calidad de esta agua es superior a lo esperado y que, por lo tanto, puede ser depurada con relativa facilidad. Al mismo tiempo, la barca llevada desde Blanes trataba de pescar en Sau con escaso éxito, ya que en el fondo del pantano hay abundante vegetación y los peces se esconden en ella.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 7 de octubre de 2005