Nació gordo y ha vivido como gordo los 39 años de su vida. Se ríe de su físico, se ha enfadado cuando ha sentido las miradas de quienes desprecian a los obesos y ha sentido mucha rabia. "Fue quizá eso lo que me llevó a escribir Gordo. Nadie como las personas que pesan más de 120 kilos saben lo que uno siente cuando se acerca a una tienda y no hay tallas para él, o cuando subes a un avión y tienes que ir casi de costado en el asiento", indica Jesús Ruiz Mantilla (Santander, 1965). Toda esa rabia trasladada a la vida de Monchón, el protagonista del libro, es lo que le ha llevado a conseguir ayer el premio Sant Sovi, convocado por la Universidad de Barcelona, la editorial RBA y Freixenet, y dotado con 18.000 euros en metálico y 6.000 para deleitarse con una comida en cualquier restaurante del mundo. RBA publicará el libro en noviembre.
Disfruta hablando de comida con el mismo placer que escucha una ópera de Wagner. "Sé que tengo que renunciar a muchas de las cosas que me gustan por una cuestión de salud, pero soy capaz de llorar de emoción cuando mis papilas gustativas se encuentran ante algo exquisito. Sí, es cierto, me gusta comer, uno no puede renunciar a deleitarse ante un txipirón en equilibrio en San Sebastián, y si estoy gordo es porque me gusta la comida y nací así", afirma Ruiz Mantilla. El periodista de EL PAÍS y escritor pesó al nacer 4,5 kilogramos, "nací dando guerra sin yo quererlo". En Gordo cuenta la historia de Monchón, un crítico gastronómico con grandes similitudes al autor, aunque "no es autobiográfico".
El artículo La cultura del origen en la gastronomía, de Joan C. Martín, publicado en la edición valenciana de EL PAÍS el pasado 14 de junio, obtuvo el Premio Juan Mari Arzak.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 7 de octubre de 2005