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OPINIÓN DEL LECTOR

Educación vial

Tengo 58 años y soy nacido y criado en Madrid. Mi padre me enseñó que debía cruzar por los pasos de peatones y respetar los semáforos y señales de tráfico, lo cual facilitaba la convivencia entre peatones y vehículos.

Posteriormente, crié a mi hija en las mismas bases de respeto y convivencia, tanto cuando empezó a andar como cuando le compré su primer coche.

Ahora, y debido a los cambios sociales, me toca también educar a mi nieto, como a un tanto por ciento muy elevado de abuelos.

Pero me surge una duda: no sé si educar a mi nieto en la misma línea de respeto a las normas de circulación y a los peatones, o bien opto por comprarle una moto.

De esa manera tendrá patente de corso para circular en sentido contrario al establecido; no respetar la luz roja de los semáforos; circular por las aceras; aparcar donde le venga en gana; asustar y desafiar a las personas que están esperando en los pasos de peatones, para que le dejen acceder a las zonas llamadas peatonales y, además, de esa manera y de acuerdo con nuestro alcalde, estaré favoreciendo a la movilidad en Madrid.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 7 de octubre de 2005