A los vecinos del Albayzín nos están abriendo nuevos caminos, nuevas posibilidades para el futuro de nuestras viviendas. Podemos romper el pasado y fabricar bloques descomunales; esto es lo que está ocurriendo en la destrucción y construcción del Carmen de los Mínimos.
Hasta ahora no podíamos mover un alero ni una puerta. Esperamos que lo mismo que están haciendo las administraciones lo podamos hacer los vecinos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 8 de octubre de 2005