La Casa Blanca está ultimando un plan específico para lidiar contra una eventual pandemia de gripe similar a las de 1918, 1958 y 1968, y que tendría previsto publicar a final de mes. Según un primer borrador del documento, revelado por The New York Times, la enfermedad podría llegar en pocas semanas a EE UU si el brote surgiera en Asia y causar hasta 1,9 millones de muertes en el país. Entre otras medidas, plantea establecer zonas de cuarentena e imponer restricciones a los viajes para frenar la propagación.
La conclusión del informe elaborado por el Departamento de Salud es clara: EE UU no está preparada hoy para hacer frente a una epidemia a escala global, como la que podría derivarse si el virus de la gripe aviar se propagara entre el ser humano, y advierte de que podría ser el mayor desastre en la historia de la nación. Las autoridades federales no ocultan su preocupación por ello, mientras la oposición demócrata pide a la Administración de Bush que no vuelva a cometer los errores de la crisis humanitaria del huracán Katrina. El plan explica que si se declarada una pandemia los hospitales se verían colapsados, no habría vacunas suficientes y se entraría en una situación de caos que terminaría por afectar al suministro de alimentos e incluso de electricidad. En el peor de los casos, se estima que podrían morir hasta 1,9 millones de personas en EE UU y 8,5 millones deberían ser hospitalizados, 1,3 millones de ellos en cuidados intensivos. La hipótesis más optimista habla de 209.000 muertes y 719.000 hospitalizados. Esto tendría un coste máximo de 450.000 millones de dólares (375.000 millones de euros), tres veces más que la devastación provocada por los tifones Katrina y Rita.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 9 de octubre de 2005