Los electores portugueses han consolidado en las municipales del domingo -cuyos resultados finales sólo se conocieron ayer- el dominio de la oposición de centro derecha (Partido Socialdemócrata, PSD) en las ciudades más importantes del país, en detrimento del Partido Socialista gobernante de José Sócrates. Con la excepción de Faro, el PSD controla ahora las alcaldías principales, entre ellas las recapturadas Lisboa, Oporto y Sintra. En total, 12 de las 18 capitales de provincia. Los socialdemócratas y sus aliados van a dirigir 155 ayuntamientos, frente a 109 de los socialistas en el poder, pese a haber obtenido éstos el mayor porcentaje de sufragios.
La abultada derrota del partido de Sócrates es un serio toque de atención para los socialistas (PS), que controlan prácticamente todas las instituciones del país, desde la presidencia de la República al Parlamento o el Gobierno. Y es más llamativa si se tiene en cuenta que hace menos de ocho meses que el PS obtuvo mayoría absoluta en las elecciones parlamentarias, infligiendo entonces una derrota histórica a los centroderechistas que costó el cargo al frente del PSD a Santana Lopes. La gestión gubernamental de los devastadores fuegos del verano, entre otros factores, no es ajena al correctivo popular evidenciado en los comicios municipales.
Aunque no cabe sucumbir a la tentación de leer en clave nacional los resultados del domingo -los comunistas consiguieron detener su sangría de votos desde 1989-, es un hecho que la oposición centroderechista que ahora dirige Luis Marques Mendes recibe un espaldarazo en un momento políticamente significativo, por cuanto el próximo enero Portugal celebra elecciones presidenciales. De ahí que la derrota en Sintra del socialista João Soares, hijo del ex presidente de la República Mario Soares, no sea el mejor augurio para el nuevo intento de su padre de llegar a la jefatura del Estado. La victoria conservadora podría allanar el camino a la candidatura presidencial del ex primer ministro Aníbal Cavaco Silva.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 12 de octubre de 2005