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Jóvenes empresarios

Juan y Joaquín también tienen necesidad perentoria de terreno industrial en Lanjarón. Se trata de dos jóvenes empresarios de la construcción que carecen del más mínimo espacio para guardar sus camiones y hormigoneras. Sus trabajadores tienen que hacer los trabajos de "ferralla" en plena calle, lo que provoca la queja de vecinos y viandantes. Cada obra que contratan se convierte en su sede empresarial y en almacén improvisado de materiales.

La carpintería-metalistería Estévez tampoco lo tiene fácil en Lanjarón. Después de media vida trabajando, Miguel, su propietario se ve obligado a mantener su negocio en una vieja nave cuyo camino de acceso es casi impracticable.

Y el secadero de jamones Morillas, no lo tiene mejor. Está ubicado en plena carretera y dispone de 600 metros cuadrados de superficie, sufre problemas de espacio para atender su producción anual de 30.000 jamones.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 13 de octubre de 2005