Sigrid Clauss González, de 41 años, trabaja como perito agrícola en la empresa Transformaciones La Balastrera, que gestiona una finca ubicada en Niebla (Huelva) dedicada a la explotación de canteras. La empresa ha recibido una subvención de 17.593,30 euros por parte de la Asociación para el Desarrollo Rural del Condado de Huelva (Adercón), que desarrolla el programa europeo Proder-A, para el desarrollo de un proyecto de comunicación de lagunas y el vallado de la finca.
Este espacio, de 120 hectáreas, se encuentra ubicado en un paraje natural protegido. Cuenta con amplios humedales en los que se crían especies como la focha cornuda, en peligro de extinción, garzas reales, ánades, cormorales, patos, cigueñas e incluso calamones, que son especies más difíciles de ver por esta zona.
Sigrid Clauss señaló que, gracias a esta ayuda, su empresa va a poder acometer un proyecto de transformación de la actual explotación de canteras a una actividad agrícola de cultivo ecológico del olivar. El proyecto prevé plantar unas 30 hectáreas de olivos y dejar otras 30 para lagunas y humedales. Para esa actuación, Adercón ha concedido una subvención correspondiente al 39,5% del coste subvencionable de 44.540 euros, acogiéndose a la línea de protección del medio ambiente.
El proyecto resulta relevante "por su carácter innovador al implantar cultivo ecológico en una finca que se encuentra en una espacio protegido", afirmó Sigrid Clauss. "Teníamos el compromiso de restaurar la parte de la finca en la que se había extraído zahorra. Y teníamos la convicción de que lo que fuéramos a plantar no afectara a las lagunas existentes. Así que apostamos por los olivos", señaló Clauss. "Esta ayuda también nos permite proteger los humedales y conectar las lagunas para que cuando llueva ninguna se quede sin agua", agregó.
Sigrid Clauss señaló que su idea reside en que ellos mismos trabajen la aceituna. "Pensamos construir una pequeña almazara y molturar el aceite con nuestros propios medios. Como lleves el aceite para que lo embotellen a otro sitio, pueden manipularlo y perder calidad. Aquí tenemos plena conciencia en los productos ecológicos", dijo. Clauss destacó que tienen previsto conformar una finca que se abastezca en sí misma: "Vamos a introducir ovejas para evitar el laboreo. También queremos hacer compostaje con el resto del orujo para incorporarlo al terreno".
Sigrid Clauss señaló que el trabajo en el campo es duro pero gratificante al mismo tiempo. "Cada día hay menos personas que quieren trabajar en el campo, sobre todo en años tan difíciles como éste, con la tremenda sequía que hemos sufrido. Cuando me levantaba por la mañana, antes de tomar el café, entraba en Internet para consultar el tiempo".
"A mí me gusta este mundo y apuesto por la cultura ecológica. Soy perito agrícola y conozco lo dañino que son los productos químicos que se echan a la tierra. Es algo que no vamos a consentir con nuestros olivos", añade.
Clauss indicó que cada día son más mujeres las que se incorporan al mundo rural: "Conozco a muchas mujeres que se han lanzado a poner en marcha una iniciativa empresarial de este tipo. Somos capaces de hacer muchas cosas y el campo ya no es un ámbito restringido al hombre. Podemos llevar un tractor o dirigir igualmente una finca", destacó.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 15 de octubre de 2005