Se han olvidado de lo más importante: del toque. Los responsables de ¡Goool!, ambiciosa película ambientada en el fútbol profesional, primera parte de una trilogía que llevará a su protagonista del Newcastle al Real Madrid, se han preocupado de rodar en los mejores estadios (St. James Park); de hacerlo en días de partido oficial para ofrecer así el inconfundible olor a fútbol; de introducir imágenes no trucadas de estrellas como Alan Shearer; de regalar a los aficionados cameos de Raúl o Zidane; de manipular con estimable calidad (gracias a los adelantos informáticos) jugadas estratosféricas protagonizadas por los actores. Pero luego, en los momentos más intrascendentes, se han despistado, no le han dado importancia a lo que sí la tiene y salta la liebre: el absoluto protagonista, Kuno Becker, se encuentra con un balón perdido por un niño en plena calle o entrena en solitario tirando disparos a puerta... y parece Miss España haciendo un saque de honor. Desnudado por esa posición demasiado centrada y esos inconfundibles pasitos en el acercamiento a la pelota, Becker revela que no había visto un esférico en su vida. ¿Por qué no han trucado también estas escenas? O ¿por qué simplemente no han elegido a un actor que distinga un balón de un melón?
¡GOOOL!
Dirección: Danny Cannon. Intérpretes: Kuno Becker, Alessandro Nivola, Anna Friel, Stephen Dillane. Género: drama deportivo. EE UU, 2005. Duración: 118 minutos.
En definitiva, a los que no sean aficionados, la película, llena de clichés sobre el joven hecho a sí mismo y la vida disipada de las estrellas, se les hará eterna por la omnipresencia del fútbol. Y los que sí lo sean, apreciarán el sabor de los grandes partidos y se echarán las manos a la cabeza con un protagonista tan patoso.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 21 de octubre de 2005