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OPINIÓN DEL LECTOR

'Ante portas'

Desde el sur marcha un ejército ingente para asediar la urbe. Su general, el hambre, sus huestes, los que no tienen ya nada que perder.

Hoy no es Aníbal de Cartago quien ronda los muros de Roma pero Europa es una ciudad sitiada. Cómodos tras nuestros muros, nos molestan los gritos y la miseria, envilecidos en nuestra riqueza y bienestar y sólo ansiamos levantar murallas cada vez más altas. Pobreza no es general menos formidable que aquel Aníbal Barca, ahora como entonces ante portas. Sin embargo, sólo podremos derrotarlo apuntando a las causas que mueven a los desesperados.

Aunque no podemos, sin duda, franquear el paso a multitudes, sólo afrontaremos este problema con tiempo, esfuerzo y solidaridad y no mediante alambradas y fusiles.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 21 de octubre de 2005