Anoche se inauguró la X edición del Festival Medieval de Elche que durante los próximos días va a intentar llevar a la ciudad diez siglos atrás y va a recuperar música, teatro, artesanía y alimentación de la época. El certamen comenzó con la apertura del mercado medieval, una de las propuestas de más aceptación entre el público. Allí se puede comprar artesanía, comida, ropa y otros enseres realizados como en la edad media. Los olores que el mercadillo desprende a esencias, hierbas aromáticas, jabones, pan recién horneado y madera invitan al paseo y la degustación.
También los espectáculos callejeros como los zancudos del Cáucaso que desfilaron por las calle. La compañía Saltimbanquis orientales buscó con esta animación la interacción con el público que pudo disfrutar de las llamativas vestimentas y la pericia de los bailarines sobre zancos.
En el Gran Teatre, el montaje que abrió el festival fue La doce acordance de Diabolus in Música, un concierto de música medieval, en concreto, de canciones de trovadores interpretadas a capella o acompañadas de un violín del medievo o un arpa. Son piezas que fueron escritas por aristócratas, sacerdotes, famosos personajes de la época o caballeros y que el grupo francés ha descubierto y recuperado en la actualidad. El Festival intenta combinar lo culto y lo popular de la cultura medieval. Y los escenarios que durante estos días acogerán las distintas actividades serán las calles, plazas, iglesias y teatros. También se programará teatro medieval para niños, como la representación hoy sábado de la obra Pocosueño y un ciclo de cine de temática caballeresca. El festival cuenta con una importante presencia internacional y junto con los montajes y actividades programadas se han organizado dos talleres, de esgrima escénica con espada medieval y de caligrafía histórica. Además, habrá un encuentro internacional de directores de festivales de teatro medieval con participación de directores procedentes de países como Polonia, Japón, Portugal, Alemania o Turquía.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 22 de octubre de 2005