El presidente de la patronal CEOE ha mediado en la negociación laboral de cada otoño con una estupenda propuesta: para deducir la temporalidad y la precariedad laborales, rebajemos los derechos de los contratos fijos estables. Yo sugiero, además, suprimir la Seguridad Social, trabajar los domingos y aumentar la jornada a diez horas.
Cuevas, tan original, lleva con la misma letanía desde que está apoltronado donde está. ¿Se han dado cuenta de que los que nos exigen sacrificios -a los demás, claro- siempre cobran unos sueldos de fábula? Visito empresas desde hace 20 años. Curiosamente, la falta de competitividad no se achaca a los cochazos de algunos empresarios de pymes de 15-20 empleados que se llevan 4.000-5.000 euros a casa cada mes, o directores de 10.000 mensuales, muchas veces a través de subterfugios muy opacos fiscalmente.
El mito de que los costes laborales y la reducción de jornada nos hacen menos competitivos lo deshacen algunos estudios que indican lo contrario; que se lo digan a los suecos, y además sus diferencias salariales directivo-operario son mucho menores.
Los contratos por obra de seis, tres o un mes encadenados no son patrimonio de operarios, están en todos los sectores, para muchas categorías y en empresas de relumbrón. Pregunten a su alrededor. Son fáciles de rescindir, aunque uno fijo lo es igualmente, pero se sigue abusando de los encadenamientos, de los falsos autónomos y de las prácticas donde no se enseña nada.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 23 de octubre de 2005